domingo, mayo 29, 2005

Mariana

Mariana Márquez fue uno más de esos accidentales personajes a los que las circunstancias de la vida obliga a abandonar su feliz anonimato para convertirse en otro tristemente célebre buscador de justicia. Sobre esto reflexionaba meses atrás un periodista de la revista Rolling Stone: ““abuelas”, “madres”, “hijos” y “familiares” representan agrupaciones y no relaciones de sangre”.
A Mariana médicamente la mató un cáncer que se alimentó de su tristeza, ese dolor inimaginable e inexplicable que produce la muerte de un hijo, una atrocidad que ni siquiera tiene acepción que la denomine. Todos sabemos que el fin natural del hombre es la muerte, pero antes debería haber disfrutado la vida, lo que no ocurrió con su hija Elizabeth ni con el resto de los chicos de Cromagnón.
Mariana es, de alguna manera, una víctima más de la “Tragedia en el Boliche”, no estuvo físicamente el 30/12/2004 pero si una parte de su alma, que se asfixió con el ácido cianhídrico. Mariana esa noche murió un poco. Tenía otra hija, pero ¿cuántos de nosotros podemos sobrevivir con medio ser, media alma y ante tal adversidad?.

"Míreme a los ojos. Yo soy una madre y ésta es mi hija de 17 años, a la que mataron. Mi hija es un cadáver, pero vos sos un cadáver político", le gritó al jefe de gobierno, Anibal Ibarra. "Vos sos una circunstancia (…) pero te tocó a vos y sos el responsable político". Sus palabras aún resuenan en el recinto, ojalá que todavía estén en la cabeza de Ibarra.

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